martes, 24 de noviembre de 2009

...

Y cuando pensabas que en lo único en que se podía creer era en la familia, en tu familia...te chocas con la pared y caes al suelo de golpe, ¡Y QUÉ GOLPE! No eres capaz de entenderlo, porque antes todo era perfecto, no existían las malas caras, ni ninguna palabra fuera de lugar, ni una voz más alta que la otra, excepto la de mi hermano y la mía cuando parecíamos ordinarios llamando a mi abuela para que se asomara a la ventana ¡que tiempos aquellos!. Todo parecía estar en armonía, hasta que un día todo explotó, y ahí comenzaron los llantos, las malas caras, las voces altas... todo eso que jamás pensé que pasaría, pero que fue lo que empezó a deshacer mi vida en pedazos en una milésima de segundo. Ya no sé en qué ni en quién creer, dudo y desconfío de todo, tengo miedos que antes ignoraba. Cada día descubro cosas nuevas que intento negar, pero que son tan obvias que sólo consiguen hacerme aún más daño.

viernes, 20 de noviembre de 2009

Siento...

Hay días en los que te sientes bien, otros en los que te sientes mal y otros en los que prefieres no sentir absolutamente nada.

Siento que estoy apagada, que no tengo ganas de nada, que no me gusto, que no tengo fuerzas para decir lo que debiera, que no llego a los objetivos que tengo fijados... que el blanco se me va transformando en gris y ya se está tiñendo de negro, que hay días en los que llueve y el cielo está totalmente despejado, que el suelo que piso me va atrapando lentamente, que mis ojos entán ciegos y mis oídos tapados, que la sonrisa que se me dibuja en la cara no refleja lo mismo que antes, que el corazón se me hunde en el pecho y el estómago se hace un nudo...

sábado, 14 de noviembre de 2009

Si me tocas...




Y a veces te pienso, recorriendo mi cuerpo lentamente, cada centímetro de mi piel con cada uno de tus dedos, con tus labios, con tu lengua... mientras yo me retuerzo de placer. Siento escalofríos extraños que se extienden por todo mi ser y entro en tu juego, ahora soy yo la que te recorre y tú el que se estremece, y se que te gusta, lo noto en tu cara, en tu respiración y en el latido incontrolado de tu corazón. De repente, sonreímos y comenzamos a besarnos como locos bajo las sábanas, mientras éstas bailan sobre nosotros al compás de nuestros movimientos.